¿Combina bien el arrope con miel? Te lo explicamos
El arrope es uno de los dulces más populares de nuestra tradición gastronómica, de hecho, antiguamente se utilizaba como un sustituto de la miel y de la caña de azúcar en épocas de escasez ayudando, de esta forma, a endulzar los platos. Hoy en día, este tipo de mosto que forma parte de la tradición gastronómica del país puede combinarse con una gran variedad de platos y recetas, dando lugar a sabores únicos y muy deliciosos. En este artículo vamos a responder una de las dudas más habituales en torno a la combinación de arrope con miel y algunas de las recetas que podemos encontrar con este alimento. ¡Sigue leyendo para saber más!
Con qué se hace el arrope
El arrope ha sido desde siempre una seña de identidad de la gastronomía del país, sobre todo durante la posguerra debido a la escasez de alimentos, azúcares y mieles. El arrope es un alimento que proviene de una esmerada cocción del mosto de la uva junto con otras frutas, como la calabaza, para formar un jarabe espeso que funciona como condimento de muchos platos. Una de las frutas más utilizadas a la hora de responder al interrogante de con qué se hace el arrope es la calabaza, como indicábamos. Su cocción conjunta (después de que la calabaza haya macerado con agua y cal) da lugar a un sirope de color oscuro, de sabor dulce y aroma único e intenso.
Combina bien el arrope con miel
El arrope con miel, sin lugar a dudas, es una de las mejores combinaciones que podemos encontrar a la hora de condimentar platos, sobre todo, postres. De hecho, el arrope fue una de las primeras golosinas que existieron en nuestra tradición —generalmente, acompañado con trozos de calabaza—. Esta debe pelarse y trocearse e introducirse en agua con cal durante un día, como explicábamos más arriba, para que se endurezca y no se desbarate durante la cocción a fuego lento —que puede durar hasta 8 horas—. En este proceso, donde el mosto juega también un papel fundamental, entra en acción la presencia de la miel. Por lo general, se suele usar la misma cantidad de agua que de miel para la elaboración del arrope en cuestión y se introducen en una cazuela para llevarlas a ebullición. El sabor dulce de la miel se complementa perfectamente con el del mosto de la uva y el de la calabaza, pudiendo ser utilizado como un postre en sí mismo, o para acompañar otros postres. También es posible elaborar recetas de arrope con miel sin usar uvas.
Recetas con arrope de miel
El arrope es una golosina que puede ser guardada como cualquier conserva. Además, gracias a su cantidad de azúcar puede almacenarse perfectamente durante varios meses, por lo que no es necesario consumirlo en el mismo momento. Una de las finalidades principales del arrope es endulzar platos como las gachas, creps o galletas, pero también para condimentar frutas, ensaladas o verduras —como, por ejemplo, unas deliciosas berenjenas fritas—. Además, el arrope con miel se puede usar también para asados de carne, mezclando —por ejemplo— el propio jugo del arrope con el del asado. Otra de las recetas con arrope de miel más destacadas es la del sirope para helados. A continuación, te hablamos de las más populares.
Gachas con arrope y calabaza
Para elaborar unas deliciosas y sabrosas gachas con el toque dulce y exquisito del arrope con miel lo que necesitarás es lo siguiente:
3 vasos de agua.
Piel de un limón.
1 tarro de arrope y calabaza.
1 cucharada de semilla de anís.
50 gramos de harina.
1 rama de canela.
2 cucharas soperas de azúcar.
Esta receta está pensada para cuatro personas y el proceso de elaboración consiste en hervir el agua con la rama de canela, la corteza de limón y las semillas de anís. Así mismo, se debe añadir el azúcar y, mientras va hirviendo, se mezcla la harina en media taza de agua fría (hay que evitar que la gacha quede muy espesa). Después de que el agua de la sartén esté lista, hay que colarla para limpiarla y con la misma —y a fuego lento— añadimos poco a poco la gacha de harina y la removemos para que espese. Hay que dejarla cocer un par de minutos. Finalmente, podremos colocarla en un plato y esperar hasta que se enfríe. Por último, cuando vayas a servirte, córtala en cuadrado y vierte una buena cantidad de arrope con calabaza por encima. ¡La combinación es deliciosa!
Tortitas con arrope de miel y crema de queso manchego
Otra de las recetas con arrope de miel más deliciosas que podemos encontrar es la de las tortitas (o crepes) con arrope de miel y crema de queso manchego. En este caso, para su elaboración, necesitaremos los siguientes ingredientes:
200 gramos de queso semicurado manchego.
200 gramos de nata líquida.
Calabaza de arrope de miel troceada.
2 manzanas.
1 cuchara de mantequilla + 50 gramos de mantequilla fundida.
1 cuchara de azúcar moreno.
125 gramos de harina.
2 huevos.
1 cuchara de azúcar.
Pizca de sal.
El proceso de elaboración es muy sencillo. Lo primero que debes hacer es trocear las manzanas en dados y rehogarlas en mantequilla y azúcar moreno en una sartén. A continuación, mientras se van rehogando y le vas dando vueltas para que no se pegue, hay que elaborar la masa de las tortitas. Para ello, en el vaso de la batidora añade los huevos, la leche y la mantequilla fundida. Asegúrate de triturarlo todo bien y añade la harina hasta que se forme una masa homogénea e introdúcela en un envase en forma de biberón y déjala reposar. Cuando la manzana ya esté dorada sácala de la sartén y añádela a los trozos de la calabaza de arrope en un plato. Después ralla el queso y ponlo en un cazo con nata a hervir hasta que se forme una masa homogénea. Una vez que tengas la crema de queso fundida, añádela a la manzana y la calabaza de arrope y mezcla (así ya tendrás el relleno de tus tortitas o crepes).
Lo siguiente que debes hacer es verter la masa del biberón (se coloca en él para poder darle la forma que quieras —como, por ejemplo, una tortita con forma de rejilla—) en la sartén. Cuando esté dorada dale la vuelta. Con la tortita ya hecha, rellénala con la crema de queso y la calabaza de arrope y ciérrala. Para decorar el plato, puedes añadir un poco del arrope con miel de calabaza por encima de la tortita o crepe.