13 noviembre 2023

El origen de la mermelada: ¿Cómo surgió y para qué se utilizaba?

La mermelada es una mezcla de frutas crudas, pieles, azúcar y, a veces, especias. Esta mezcla de frutos se debe cocer a fuego lento durante un largo periodo de tiempo hasta obtener una textura espesa y un sabor único. Se puede utilizar para complementar el sabor de un pastel, pero también se puede comer con pan, en tostadas y muchos otros platos. Es uno de los alimentos más utilizados para disfrutar de una buena merienda o para los desayunos, ya que proporciona diferentes sabores dependiendo del tipo de fruta con el que se haya elaborado.

Por este motivo, existen muchas variedades de este alimento que se pueden preparar o adquirir en el mercado. Entre ellas, podemos destacar algunas, tales como la mermelada de albaricoque, de fresa, frambuesa, melocotón, de naranja, e incluso de tomate y de cebolla. Muchas personas prefieren utilizar estas frutas para elaborar mermeladas artesanales caseras, ya sea para regalar o para conservarlas y consumirlas de vez en cuando.

Asimismo, este alimento resulta ser una excelente opción para otorgar un sabor único y divertido incluso a alimentos salados, tales como ensaladas o tostadas con queso que, de otra forma, tendrían un sabor demasiado monótono e incluso aburrido. De esta manera, no queda duda de que la mermelada es un alimento que forma parte de nuestra alimentación, aunque sea de manera ocasional.

No obstante, la mermelada no siempre ha existido, por lo que, para aquellas personas que se preguntan cuál es el origen de la mermelada, en este artículo vamos a tratar de explicarlo. Sigue leyendo para saciar tu curiosidad.

¿Cuál es el origen de la mermelada?

Mermelada en la Antigüedad

El origen de la mermelada como la conocemos hoy en día no está del todo claro, ya que existen varias teorías. No obstante, existen indicios de que en la Antigua Grecia ya se elaboraba una especie de mermelada, muy parecida a la actual, a base de fruta hervida y miel. La intención de los antiguos griegos no era otra que la conservación de la fruta más allá de la temporada de recolección. De esta manera, podían guardarla y almacenarla para poder consumirla durante algún tiempo más.

La primera fruta que se utilizó para este fin fue el membrillo, conociéndola y mezclándola con miel. Por ello, la palabra “mermelada” en origen, significa dulce de membrillo. Esta tradición, como muchas otras tantas cosas, con el tiempo, pasó a la cultura romana, pero, en este caso, remojando la fruta cocida en vino y miel. De ahí la receta pasó a la cultura cristiana y a la musulmana, donde se adaptó dependiendo de las frutas más comunes que se obtenían en cada uno de los territorios.

Mermelada durante el medievo

Por ello, en la Edad Media, ya encontramos recetarios que describen un método muy similar al que utilizamos hoy en día para la elaboración de este exquisito y goloso manjar. También pasó al mundo árabe y, por ejemplo, durante la invasión musulmana de la Península Ibérica, encontramos autores como Ibn Razin al-Tuyabi, que publicó a mediados del siglo XIII, su obra “Relieves de las mesas, acerca de las delicias de comida y los diferentes platos”, donde ya utilizaba el término “mermelada”. También existe constancia de que se solía elaborar en los conventos, junto con otros tantos dulces y postres populares, especialmente, durante la Reconquista y en los siglos posteriores.

Mermelada en la Edad Moderna

Entre los siglos XV y XVII empezó a verse escrita la palabra “marmelade” en inglés en muchos documentos relacionados con la cocina. De ahí la receta se extendió a lo largo y ancho de Europa y se utilizó la palabra “mermelada” para referirse a las conservas dulces elaboradas a partir de cítricos, aunque en algunos lugares pasó a ser sinónimo de “Confitura”. De este modo, este alimento experimentó una popularidad arrasadora.

No obstante, el único país en que mantuvo su significado original fue en Portugal, como dulce de membrillo. Su consumo se extendió rápidamente hacia todas las clases sociales, independientemente de su poder adquisitivo, ya que era un alimento económico, fácil de elaborar, delicioso y que se mantenía en perfecto estado durante bastante tiempo sin necesidad de refrigeración. Por ello, tanto nobles como campesinos empezaron a consumir esta delicia por igual. Por ello, en la actualidad sigue consumiéndose tanto para desayunar como para merendar, junto con una tostada y, en ocasiones, durante el postre.

Ventajas de la mermelada

Ahora que sabes cuál es el origen de la mermelada y conoces los puntos clave de la historia de la mermelada, te vamos a contar algunas de las principales ventajas de este exquisito producto.

Conservar frutas durante más allá de la temporada

Entre ellas, podemos destacar el hecho de que, como hemos comentado antes, permite poder disfrutar de ciertos tipos de frutas incluso fuera de temporada. Esto se debe a que, gracias a la cocción y la adición de azúcares, la mezcla actúa como conservante, por lo que se puede almacenar durante bastantes meses en perfectas condiciones para el consumo.

Gran cantidad de vitaminas

La mermelada es un alimento que contiene una gran cantidad de vitaminas ya que suele contar con un gran porcentaje de fruta, especialmente si se elabora de acuerdo a las técnicas más tradicionales, respetando el 50 o el 60 por ciento de porcentaje de fruta. De este modo, la mermelada aporta una cantidad de vitaminas y minerales diferente dependiendo de la fruta a partir de la que esté elaborada. 

La mermelada es fuente de fibra

Debido al hecho de que las mermeladas suelen contar con un amplio porcentaje de fruta y que contiene la pulpa e incluso la piel de las piezas de fruta, podemos afirmar que es un alimento que cuenta con un alto contenido en fibra. Esto es ideal para ayudar al correcto funcionamiento del sistema digestivo y combatir el estreñimiento.

La mermelada proporciona mucha energía

Este alimento tan dulce y goloso también se caracteriza por contener una gran cantidad de azúcares, por lo que el aporte calórico que proporciona es importante. Por este motivo, es recomendable para aquellas personas que realizan ejercicio físico intenso a diario, por razones de trabajo o porque se dedican a la práctica deportiva.

De esta manera, puede consumirse antes de realizar un esfuerzo, para obtener las fuerzas para ello. También puede consumirse después, para recuperar energías. No obstante, lo más aconsejable es consumir este tipo de alimentos con moderación, para poder aprovechar sus beneficios al máximo sin notar ningún efecto negativo para la salud.

En conclusión, podemos decir que la mermelada, fruto de una tradición que se remonta a la antigua Grecia, ha evolucionado a lo largo de los siglos para convertirse en el manjar versátil y delicioso que conocemos en la actualidad. Su capacidad para conservar frutas más allá de la temporada y el aporte de vitaminas, fibra y energía que proporciona la convierten en un acompañamiento culinario valioso al que ha sacado, a lo largo de la historia, mucho provecho.

Desde la nobleza hasta la gente común, la mermelada ha conquistado los paladares y se ha convertido en uno de los alimentos favoritos para desayunar, merendar o tomar el postre. Asimismo, por otra parte, se debe consumir con moderación, debido a su elevado contenido en calorías.

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