5 octubre 2023

Historia de los higos, un fruto con mucha antigüedad

Los higos son uno de los frutos más dulces y más ricos en nutrientes que puedes encontrar en la naturaleza. Provienen de la higuera, un tipo de árbol de hoja caduca que también es conocido bajo el nombre científico de Ficus Carica. Esta especie arbórea es típica de algunas zonas del Mediterráneo, que se caracteriza por poder crecer hasta una altura de entre 5 y 10 metros y por sus hojas lobuladas de gran tamaño.

La higuera florece en primavera y comienza a dar sus frutos a finales de la temporada de verano y durante parte del otoño. Por lo tanto, los higos son típicos de la estación otoñal, son muy sabrosos, muy carnosos y tienen una textura muy peculiar y un color rojizo muy llamativo en su interior. Esta infrutescencia suele presentar una capa de piel bastante fina, de color verde o morado. Cuanto más oscura es su piel mayor es su estado de madurez.

Por su sabor dulce y por su textura carnosa, son muy valorados por la población en general. De hecho, se suelen utilizar como ingrediente para preparar todo tipo de dulces y recetas de cocina, especialmente, postres, mermeladas y meriendas.

Ahora bien, si te preguntas por el origen del higo, podemos decir que es una fruta que ha acompañado al ser humano desde la antigüedad hasta llegar a nuestros días. De esta manera, si quieres conocer más datos acerca de este tipo de fruta, te recomendamos leer nuestro artículo, ya que vamos a hablar de la historia de los higos.

El origen del higo: Egipto y Mesopotamia

Los higos tienen origen en el antiguo Oriente Medio, específicamente en aquella región que se encuentra en contacto con el Mediterráneo. De hecho, los primeros registros históricos de la presencia de esta fruta datan de en torno al 3000 a.C., en las antiguas civilizaciones de Mesopotamia y Egipto. No obstante, es probable que ya fueran consumidos durante la prehistoria, ya que se considera la fruta cultivada más antigua del mundo, que empezó a plantarse durante el desarrollo de la agricultura.

Los higos eran apreciados por su sabor dulce y su alto valor nutritivo, y eran considerados un símbolo de abundancia, prosperidad y fertilidad. De hecho, tanto en la cultura egipcia como en las distintas que habitaron la zona de Mesopotamia, se han encontrado escritos y muestras artísticas que se refieren al cultivo, a la recolección y el consumo de esta maravillosa fruta.

Historia de los higos en las civilizaciones griega y romana

Con el paso del tiempo, y debido a su sabor y propiedades, el cultivo y consumo de los higos se expandió hacia otras regiones del mundo gracias a las rutas comerciales. De esta forma, se convirtieron en una parte importante de la dieta y la medicina tradicional en muchas culturas, como, por ejemplo, la griega y la romana. Así pues, se comenta que eran la fruta favorita del filósofo griego, Platón. Por este motivo, también se conocen bajo el sobrenombre de “la fruta de los filósofos”.

De hecho, tanto de época griega como romana, encontramos numerosos escritos que hablan sobre el higo como alimento para las clases sociales más humildes. Es más, se estableció la tradición de que, al fundar una nueva ciudad griega, se plantaba una higuera en el ágora como lugar destacado. De igual forma, los romanos la plantaban en el foro al fundar cada nueva ciudad. En efecto, según el origen mítico de Roma, se cuenta que Rómulo y Remo fueron descubiertos por una loba, precisamente bajo una higuera.

En ambas civilizaciones no faltan escritos que ponen de relevancia la importancia del cultivo, la recolección y el consumo de esta fruta, tanto fresca como seca. Asimismo, se habla de la existencia de una gran cantidad de tipos de higos diferentes, como podemos leer en la obra “De los trabajos del campo” del tribuno romano, Columela, ya en el siglo 1 d.C. De la misma forma, esta fruta no se cultivaba únicamente para el autoconsumo, sino también para comerciar con otros pueblos.

Historia de los higos en la Edad Media

Con la llegada del cristianismo, se puede ver la importancia simbólica, ya que aparecen nombrados en La Biblia en multitud de ocasiones. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento, los higos aparecen en el Jardín del Edén, cubriendo las partes íntimas de Adán y Eva. De hecho, a lo largo de la Historia del Arte, podemos ver numerosas representaciones de higos y hojas de higuera en numerosas pinturas de algunos de los más grandes maestros de la pintura y de la escultura.

Asimismo, también podemos notar la presencia de este tipo de frutos y de su árbol en numerosos pasajes del Nuevo Testamento, como símbolo de prosperidad y bendición. Por lo tanto, como hemos comentado, a lo largo de la Edad Media mantuvieron su connotación positiva, como símbolo de fertilidad y fecundidad.

No obstante, en esta época, empezaron a ser considerados como un alimento de lujo. Esto se debe a que sólo se encontraban disponibles en determinadas épocas del año. Fueron muy cultivados por los monjes en los monasterios y se utilizaban como moneda de intercambio, ya que se realizaban postres elaborados con higos. Del mismo modo, se empezó a creer que tenían propiedades medicinales, por lo que en la Edad Media se utilizaron para elaborar todo tipo de remedios.

De igual forma que fueron apreciados por los cristianos, también lo fueron por los árabes durante la invasión musulmana en la Península Ibérica, que duró, aproximadamente, unos 1000 años. Ellos también lo cultivaron y lo consumieron gracias a su exquisito sabor y a las múltiples propiedades nutritivas que contiene, elaborando todo tipo de dulces y postres que aún hoy en día perduran en la gastronomía de nuestro país.

La historia de los higos en la Edad Moderna

Tras la Reconquista de la Península Ibérica por los Reyes Católicos, Isabel y Fernando y tras la unión dinástica de los territorios de Castilla y de la Corona de Aragón, dando lugar a la Monarquía Hispánica, el cultivo de los higos se mantuvo con una importancia crucial. De hecho, podemos decir que, en la Edad Moderna, se convirtieron en un alimento esencial en la dieta española, especialmente en zonas como Andalucía y Extremadura.

Además de su uso como alimento, los higos también eran utilizados como un remedio natural en la medicina popular. Gracias a ello, durante los siglos XVII y XVIII, España ya exportaba grandes cantidades de higos a otros países europeos, convirtiéndose en uno de los principales países exportadores de este tipo de frutos tan apreciados en el campo de la gastronomía y de la medicina popular.

El higo en la historia actual

A lo largo de este artículo hemos comentado que los higos son una fruta de gran importancia histórica, ya que su cultivo se remonta a más de 5.000 años atrás, en las antiguas civilizaciones de Egipto y Mesopotamia. Durante siglos, estos suculentos frutos han sido apreciados por su rico sabor y se han utilizado como remedio en la medicina popular a lo largo de la edad media y la edad moderna.

En la actualidad, los higos siguen siendo una fruta muy consumida en todo el mundo, especialmente en regiones mediterráneas y, por supuesto, en nuestro país. Su versatilidad en la gastronomía y su alto valor nutricional los convierten en un alimento muy apreciado.

Además, su cultivo sostenible y su capacidad para adaptarse a diferentes climas hacen que los higos sean una fruta cada vez más demandada en la industria alimentaria. Del mismo modo, hoy en día disponemos de mejores técnicas para su cultivo y conservación, por lo que podemos disfrutar el higo prácticamente en cualquier época del año.

No obstante, en la actualidad existe la controversia de que este fruto contiene elevados niveles de azúcar. Por supuesto, como sucede con cualquier otro tipo de alimentos, el equilibrio se encuentra en la moderación y no en el abuso. Por ello, podemos decir que los higos son una fruta que puede proporcionar grandes beneficios si se consume con moderación y, especialmente, para aquellas personas que practican mucho deporte o que realizan una actividad física intensa por motivos laborales. Así pues, en la actualidad, puedes encontrar muchos productos elaborados con este tipo de fruta, como, por ejemplo, el Pan de Higo con almendras.

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