Cómo secar dátiles y conservarlos durante más tiempo
Como ya hemos mencionado en otros artículos, los dátiles son el fruto de un tipo de palmera llamada Phoenix dactylifera o, coloquialmente, “palmera datilera”. Es un alimento que tiene forma de elipse, que suele medir unos cuatro centímetros de largo por dos de grueso y que suele estar recubierto por una piel amarillenta que va cambiando de color conforme va madurando, pasando del amarillo al dorado y de ahí, al anaranjado, al granate y, en última instancia, al marrón oscuro.
Su carne suele tener un aspecto blanquecino, aunque también suele cambiar de color, al igual que la piel, conforme va madurando. Existen cuatro etapas de maduración, que van del Kimri, al Khalal, al Rutab y al Tamr ordenados de menos a más maduros. Suele ser un fruto de carne muy dulce, densa y pastosa, como si fuera una golosina y contiene una semilla bastante grande en su interior, que es casi cilíndrico y que cuenta con un surco a lo largo del mismo.
Además, los dátiles son frutos que crecen en grandes cantidades y que proporcionan alimento básico a gran cantidad de personas, especialmente en países pobres. Esto se debe a que estos frutos aportan una gran cantidad de calorías, azúcares, vitaminas y minerales.
Suelen madurar en los meses de otoño, entre septiembre y noviembre, pero se pueden secar los dátiles para poder consumirlos más allá de lo que permite su temporada de forma natural o elaborar panes de fruta seca como los que producimos en Paiarrop. Así que, si quieres saber cómo secar dátiles frescos y degustar este manjar todo el año, te recomendamos seguir leyendo este artículo. ¡A continuación te vamos a dar las claves para conseguirlo!
¿Cómo secar dátiles en casa?
Si te estás preguntando cómo puedes secar dátiles frescos para conservarlos en un recipiente y poder comerlos cuando quieras, lo primero que debes saber es que existen dos maneras muy sencillas y efectivas de conseguirlo. La primera de ellas es, sin duda, secar los dátiles al sol. Para ello, tan sólo debes depositar estos frutos sobre un papel o ensartarlos y dejarlos en un lugar fresco y seco donde le dé la luz del sol de forma directa durante la mayor parte del tiempo posible.
Para mayor protección frente al polvo y a los insectos, los puedes cubrir con una gasa o una tela limpia y seca. Tardarán entre 6 y 15 días en estar listos, por lo que es un método lento, pero efectivo. Cuando estén listos, tan sólo los tienes que hervir durante unos segundos para garantizar que no haya larvas ni insectos y puedes secarlos a fuego lento en el horno durante unos minutos a una temperatura de entre 80ºC y 90ºC. ¡Cuando salgan del horno, estarán listos para degustar sin problemas!
La segunda opción es utilizar un deshidratador, que acelera el proceso de días de secado al sol en unas pocas horas. Es el método más recomendado, ya que es más rápido y los frutos no se pueden llenar ni de polvo ni de larvas ni de insectos y, además, no existe peligro de que se quemen al horno.
¿Cómo secar dátiles en una rama?
Secar los dátiles en una rama es el método tradicional que se usa para secar dátiles, ya que permite conservar estos frutos manteniéndolos unidos, lo cual ayuda a preservar su forma y sabor de manera más natural. Este método es particularmente útil cuando los dátiles aún están adheridos a sus ramas, ya que evita la manipulación excesiva de los frutos y contribuye a mantenerlos intactos durante el proceso de secado, evitando que se corrompan. Ahora bien, hay que saber hacerlo correctamente, por lo que, para secar dátiles en rama con éxito, te aconsejamos seguir una serie de pasos.
Recoge las ramas en el momento adecuado
Lo primero que debes hacer es recolectar las ramas de la palmera datilera cuando los frutos estén maduros, pero aún firmes y no excesivamente blandos. Es importante elegir ramas con dátiles que estén en buen estado, sin signos de daño o pudrición. Lo más recomendable es realizar la recolección entre los meses de septiembre, octubre y noviembre, que es cuando tiene lugar la maduración de estos frutos, tal y como hemos comentado ya.
Elige y prepara el lugar de secado
Lo ideal para secar los dátiles es elegir un lugar seco, ventilado y con muchas horas de exposición al sol. Un área cubierta como un patio o terraza que reciba luz solar directa podría resultar ideal. Sin embargo, si es posible, elegir un lugar elevado donde no exista riesgo de acumulación de humedad sería la mejor opción posible.
Cuelga las ramas y garantiza la exposición al sol
Una vez elijas el sitio adecuado, debes colgar las ramas de los dátiles en un soporte, preferiblemente, de unas cuerdas o de ganchos, de tal manera que los frutos queden expuestos al sol la mayor parte del día. Procura que las ramas no se toquen demasiado entre ellas para evitar propagación de moho si alguna de ellas empieza a pudrirse y no nos damos cuenta.
Protección contra insectos y polvo
Al igual que hemos comentado antes, para proteger los dátiles de los insectos y el polvo, puedes cubrir las ramas con una gasa o con una tela fina y seca que permita el paso del aire y la luz, pero que mantenga a los frutos bien protegidos del polvo y de los insectos. Este tipo de protección evitará también que pájaros y otros animales se acerquen a los dátiles.
Días de secado de los dátiles al sol
Lo ideal es dejar las ramas colgadas al sol de 6 a15 días, dependiendo del clima y de la humedad ambiental de la zona en la que vivas. Es recomendable que gires las ramas cada día para asegurar que el secado sea lo más uniforme posible y que revises si algunos dátiles se encuentran en mal estado o con moho. En este caso, te aconsejamos retirarlos de inmediato para que no contaminen el resto de las ramas.
Si el clima es muy húmedo, es recomendable que muevas las ramas a un lugar cubierto durante la noche para evitar la absorción de humedad del rocío, lo que también puede facilitar la putrefacción y la proliferación de moho. Si llueve también te recomendamos poner las ramas a cubierto para que no se estropeen con el exceso de humedad por el mismo motivo.
Revisa el secado de los dátiles
Después del período de secado, te recomendamos volver a revisar los dátiles para asegurarte de que estén completamente secos y que no haya ninguno podrido ni con moho. Los dátiles secos deben tener un tacto blando y no deben ser demasiado pegajosos al tacto. Si los frutos aún están duros, puedes dejarlos colgados unos días más y volver a revisarlos antes de recolectarlos.
Métodos de conservación después de secar los dátiles
Independientemente del método utilizado, es esencial conservar los dátiles secos de manera adecuada para prolongar su vida útil. Te aconsejamos guardar los dátiles en recipientes esterilizados y herméticos para evitar la exposición al aire, que puede acelerar su deterioro. Asegúrate de ubicar los recipientes en un lugar fresco, seco y oscuro, lejos de la luz solar directa.
Los dátiles secos pueden conservarse a temperatura ambiente durante meses si están bien sellados. Sin embargo, una vez abierto el recipiente, es recomendable guardarlos en la nevera para asegurar una mayor durabilidad. En la nevera, los dátiles pueden durar varios meses sin perder su sabor ni su textura. También se pueden congelar si quieres conservarlos a largo plazo, manteniéndose frescos hasta más de un año después. Así, podrás degustarlos durante mucho más tiempo de lo que permite la temporada de maduración de estos frutos.
Ahora que sabes cómo secar dátiles frescos queremos recordar que, a pesar de que son frutos muy nutritivos y que poseen una gran cantidad de vitaminas, minerales y fibra, los dátiles secos tienen una gran cantidad de azúcares y proporcionan muchas calorías. Por este motivo, recomendamos consumirlos con mucha moderación y no abusar de este tipo de frutos. Ahora bien, pueden ser perfectos para deportistas o personas que necesitan hacer ejercicio físico intenso en el día a día, antes o después de la práctica deportiva.