¿Es buena idea conservar higos en la nevera este verano?
Cuando hablamos de frutos irresistibles que degustar en verano, el higo ocupa, sin lugar a dudas, un lugar destacado. Técnicamente, podemos decir que no se trata de una fruta convencional, sino de una infrutescencia: una estructura, llamada sícono, que tiene forma de saco y que contiene en su interior varias decenas de diminutos frutos que, en conjunto, forman el delicioso fruto que todos conocemos. Su aspecto externo puede ir desde un tono verdoso o rosado hasta un morado oscuro muy intenso. Y por dentro, su pulpa carnosa, de color rojizo o rosado según su grado de maduración, se distingue por su dulzura y su textura blanda y crujiente a la vez, gracias a la presencia de sus diminutas semillas.
Este pequeño tesoro natural proviene de la higuera (Ficus carica), un árbol o arbusto caducifolio de la familia de las moráceas que puede alcanzar hasta ocho metros de altura. Su copa, amplia y ramificada desde la base, le da un aspecto muy característico, especialmente cuando sus ramas empiezan a producir estos frutos tan peculiares. Además, este árbol establece una curiosa relación de simbiosis con una especie específica de avispa, necesaria para su polinización.
Los higos maduran entre finales del verano y principios del otoño (de agosto a octubre), pero los que no terminan su maduración en esa temporada suelen permanecer en el árbol hasta comienzos del siguiente verano, madurando entre junio y julio y reciben el nombre de “brevas”. Es justo en esos meses cuando su consumo se dispara. Pero una vez cosechados o comprados, surge una pregunta fundamental: ¿cuánto tiempo se conservan y cuál es la mejor forma de hacerlo? A continuación, vamos a tratar de dar una respuesta a esta pregunta.
¿Se pueden conservar los higos en la nevera?
La respuesta es sí, se pueden y, de hecho, se deben conservar higos en la nevera si lo que buscamos es alargar su vida útil. A temperatura ambiente, estos frutos tan delicados no suelen durar más de dos días, especialmente si están muy maduros. Su piel es bastante fina, por lo que la pulpa se puede deteriorar rápidamente con el calor y la humedad del verano.
Conservar higos en la nevera permite disfrutar de su sabor con una mayor frescura, aroma y sabor. La refrigeración ralentiza el proceso de fermentación y evita la aparición de moho, lo que los convierte en una opción ideal cuando no los vamos a consumir de inmediato.
¿Cómo conservar los higos en la nevera?
Si te preguntas cómo conservar los higos en la nevera de forma adecuada, lo más importante es empezar por seleccionar bien los ejemplares. Si tienes varios, consume primero los que estén más maduros o con signos de deterioro, para evitar introducirlos en el frigorífico y que se empiecen a pudrir, afectando al resto.
Una vez seleccionados, los deberías colocar en un recipiente hermético y previamente esterilizado (puedes hervirlo al baño maría para asegurarte de que está totalmente limpio y desinfectado). Es importante que esté completamente seco antes de usarlo. Forra el fondo del recipiente con papel absorbente y sitúa los higos en una sola capa, procurando que no se toquen demasiado entre ellos. Si es posible, te recomendamos colocarlos con el tallo hacia arriba.
A continuación, deberías añadir una segunda capa de papel absorbente por encima para protegerlos de la humedad. Este paso resulta fundamental, ya que el papel actúa como barrera natural contra la condensación que se puede formar dentro del recipiente. Si, pasados unos días, detectas que el papel se humedece, conviene sustituirlo por otro seco para prolongar su conservación.
¿Cuánto duran los higos en la nevera?
La duración de los higos en la nevera puede variar en función de su madurez inicial y de cómo se hayan almacenado. Por lo general, si se dejan a temperatura ambiente, apenas aguantan dos o tres días. Sin embargo, si se siguen adecuadamente los pasos que hemos detallado, los higos en la nevera pueden durar entre ocho y quince días sin problemas.
Eso sí, conviene que los revises cada cierto tiempo para asegurarse de que no haya alguno que empiece a estropearse. Un solo higo en mal estado puede acelerar el deterioro de los demás. Así que realizar una pequeña inspección visual y olfativa cada par de días puede marcar la diferencia.
Otras maneras de conservar los higos
Aunque la nevera es una buena aliada durante los días de calor, hay otras formas de preservar este delicioso fruto, especialmente si cuentas con una cantidad considerable y no vas a poder consumirlos todos a corto plazo. Una de las mejores técnicas tradicionales es el secado, con el que se obtienen higos secos, un producto que forma parte de la gastronomía mediterránea desde hace siglos.
Secar los higos permite conservarlos durante meses sin necesidad de refrigeración. Puedes realizar el proceso mediante el secado al sol, en el horno o mediante un deshidratador doméstico. Una vez secos, una buena práctica es rebozarlos ligeramente con harina de arroz. Esto evita que se peguen entre sí y protege su interior de la humedad ambiental. Si quieres, puedes leer este artículo en el que hablamos sobre cómo secar los higos para conservarlos durante más tiempo.
Este método no sólo garantiza una conservación prolongada, sino que también intensifica el sabor natural del fruto, convirtiéndolo en un ingrediente ideal para repostería, aperitivos o simplemente para disfrutarlo para desayunar o merendar o incluso como postre. Obviamente, queremos decir que hay que tener en cuenta que en el uso y no en el abuso se encuentra el equilibrio y que se recomienda su consumo para personas deportistas o que suelen realizar una actividad física intensa por razones laborales.
Las mejores maneras de conservar los higos
Los higos, además de ser un auténtico placer para los sentidos, son un producto extremadamente frágil. Saber cómo conservar los higos en la nevera puede marcar la diferencia entre poder disfrutarlos en su punto perfecto o ver cómo se deterioran en apenas 48 horas. Utilizar un recipiente adecuado, papel absorbente y control periódico son claves para alargar su frescura.
Así que sí: conservar higos en la nevera es una buena idea este verano. De hecho, es la mejor manera de aprovechar al máximo una de las joyas de la temporada. Y si quieres ir un paso más allá, recuerda que el secado artesanal es una técnica magnífica para disponer de higos disponibles todo el año sin renunciar al sabor ni a la tradición.