12 junio 2025

Sorbete de higos, refrescante, dulce y sano

Cuando llega la temporada estival, el cuerpo nos pide comer alimentos más frescos, texturas suaves y sabores más naturales que nos ayuden a combatir la sensación de las altas temperaturas. Es el momento del año en el que los helados, los granizados, los refrescos bien fríos y, por supuesto, los sorbetes, también se suelen convertir en los protagonistas.

El sorbete es, sin lugar a dudas, una de las opciones más elegidas por aquellas personas que buscan disfrutar de un postre con un equilibrio perfecto entre frescura, ligereza y sabor. Aunque muchas veces se confunde con el granizado, conviene saber que se trata de dos elaboraciones muy distintas. Mientras que el granizado se basa en hielo picado con zumo o sirope, el sorbete tiene una textura más cremosa, ya que se elabora con fruta natural triturada y, en ocasiones, con queso y un toque de azúcar o edulcorante.

Entre los sabores más tradicionales podemos encontrar el limón, el mango, la sandía o los frutos rojos, existe una variedad que está ganando cada vez más adeptos por su dulzura natural y su carácter artesano: el sorbete de higos. Este postre semi-helado nos ofrece una forma distinta de disfrutar de una fruta muy mediterránea, versátil y saludable.

¿Cómo es el sorbete de higos?

El sorbete de higos es un postre sorprendente, tanto por su sabor como por su textura. Tiene un dulzor muy característico, que no resulta excesivo ni empalagoso, y que puede regularse fácilmente al gusto del consumidor. De hecho, una de las ventajas más notables de este tipo de sorbete es que puede elaborarse sin añadir azúcar, ya que los propios higos —especialmente los secos— poseen un contenido natural de azúcares que basta para aportar ese sabor dulce y fresco del que tanto buscamos disfrutar cuando llega el verano.

Para aquellas personas que prefieren disfrutar de una opción aún más ligera o buscan disfrutar de una alimentación más saludable, existe la posibilidad de utilizar edulcorantes naturales como la stevia, especialmente en forma líquida o granulada, para añadir un dulzor más suave y saludable. Además, la textura ligeramente crujiente de los higos, gracias a sus semillas, no hace más que enriquecer la experiencia degustativa en el paladar.

Una de las grandes virtudes del sorbete de higo es su capacidad para refrescar sin resultar empalagoso. Se trata de una preparación que aprovecha las propiedades naturales de la fruta —fibra, minerales y antioxidantes— para ofrecer un postre ligero, digestivo y muy adecuado incluso para aquellas personas que buscan disfrutar de opciones bajas en grasas o sin lactosa. Y si, además, lo elaboramos de manera artesanal, utilizando ingredientes naturales, tradicionales y de alta calidad, obtendremos, como resultado no sólo un postre más sabroso, sino también más auténtico.

¿Cómo elaborar el sorbete de higo?

La elaboración del sorbete de higos es más sencilla de lo que muchas personas imaginan, y se puede adaptar perfectamente a los ingredientes que tengamos a mano. Tanto si optas por higos frescos como si prefieres utilizar higos secos —muy típicos en la cocina tradicional valenciana y muy valorados por la intensidad de su sabor—, el proceso resulta bastante similar.

Lo primero que debes hacer es lavar bien los higos y, si son frescos, pelarlos para eliminar la piel. Si usas higos secos, pueden rehidratarlos durante unos minutos en agua tibia para poder triturarlos más fácilmente. Una vez preparados, los cortamos en dos o cuatro trozos y los introducimos en el vaso de una batidora, ya sea de mano o de vaso.

Podemos añadir medio limón pelado y sin pepitas para aportar un ligero contraste cítrico que realce el sabor de la fruta. Llegados a este momento, hay que triturarlo todo hasta obtener una pasta homogénea y suave. A esta mezcla, le debes añadir agua muy fría, unos cuantos cubitos de hielo y el ingrediente que prefieras utilizar para endulzar, como azúcar, miel o stevia. Vuelve a triturar hasta que la textura sea semicremosa, ajustando la cantidad de agua a tu gusto según quieras obtener un sorbete más o menos líquido.

Una variación más elaborada de sorbete de higos

Si lo que buscas es disfrutar de un sorbete más elaborado, con una textura más cremosa y untuosa, podemos enriquecer la mezcla añadiendo una cucharada de queso fresco o mascarpone y un chorrito de miel o de arrope. Una vez integrada esta mezcla, la debes meter en el congelador durante una hora. Después de ese tiempo, la debes retirar, volver a batir para romper los cristales de hielo y congelarla de nuevo.

Repetimos esta operación dos veces más para obtener una textura fina y suave. El resultado es un sorbete de higo completamente artesanal, fácil de preparar y perfecto para servir tanto como postre tras una comida de la temporada de verano como para refrescar las meriendas de los más pequeños de la casa.

Un postre tradicional con valor añadido

El higo, tanto en su forma fresca como seca, es uno de los ingredientes más emblemáticos y tradicionales que ofrece nuestra tierra, y, por ello, nos enorgullece reivindicarlo también como uno de los más excepcionales que podemos utilizar en la elaboración de postres innovadores y actuales, como el que te acabamos de mostrar.

Por ello, podemos decir que el sorbete de higos no es sólo una opción ideal para refrescarnos en verano, sino una forma de conectar con la memoria tradicional de los ingredientes de nuestra tierra. En cada cucharada podrás apreciar el sabor auténtico de este tipo de fruto madurado al sol, recolectado en el punto exacto de madurez y trabajado con mucho mimo para conservar todas sus propiedades. Además, su versatilidad permite personalizarlo a nuestro gusto si lo combinamos con otras frutas, con un toque de licor o incluso como acompañamiento de postres más elaborados.

Y lo mejor de todo es que se trata de un postre que, además de sabroso, también es más saludable que otras opciones de dulces y refrescos que solemos degustar durante el verano. El higo es una fuente natural de fibra, antioxidantes, vitaminas y minerales, por lo que este sorbete es mucho más de lo que parece: es un alimento capaz de aportar múltiples beneficios a nuestro organismo siempre y cuando se consuma con moderación.

Un sorbete para disfrutar y compartir

En definitiva, podemos degustar y compartir el sorbete de higos tanto en reuniones familiares, comidas con amigos o para darnos un pequeño capricho para uno mismo tras una larga jornada bajo el sol. Así pues, el sorbete de higo se puede convertir en un aliado perfecto del verano. Su textura cremosa, su dulzor equilibrado y su carácter artesanal lo convierten en un postre que no solo refresca, sino que también evoca tradición, calidad y cariño por las cosas bien hechas.

En un momento en que cada vez somos más conscientes de lo que comemos, volver a apostar por recetas caseras y productos naturales es una forma de cuidarnos sin tener que renunciar a los sabores que nos hacen disfrutar. Por eso, desde este artículo, te animamos a preparar tu propio sorbete de higos en casa y redescubrir el sabor de una fruta que forma parte de nuestra historia y de nuestra gastronomía tradicional.

¿Necesitas más información?