Helado y mermelada: una combinación suculenta para el verano
¿Nos gusta el helado? Sí. ¿Nos encanta la mermelada? También. Así que, ¿por qué no probar a combinarlos y disfrutar a lo grande este verano? Pues por supuesto que sí, no encontramos ni una sola razón para no hacerlo. Ay, cómo nos gustaría que todas las preguntas fueran tan sencillas de resolver como esta.
El origen del helado es todo un misterio pero aun así, fuera quien fuera el primero que creó el helado se coronó pues gracias a él, hoy en día podemos disfrutar de estos fresquitos productos que son casi sinónimo del verano. Y, si hay algo que podemos hacer para redondear todavía más la experiencia, es tomarnos un poco de mermelada artesanal junto con nuestro helado. Esto nos permitirá no solo disfrutar de un sabor, sino de otro que puede acompañarle y complementarle para que exprimamos al máximo esos momentos. Los postres con mermelada siempre son un sí pero, ante las altas temperaturas, todavía más.
Pero, ¿con qué mermelada casera acompañar un helado? Una buena cuestión con, también, una respuesta sencilla, ya que hay multitud de opciones que podemos encontrar para disfrutar de las sobremesas de verano. Toma nota, que repasamos algunas de las alternativas más suculentas:
Helado de queso philadelphia con mermelada de tomate
Queso y mermelada, pareja ganadora. Lo es tanto en invierno como, por supuesto, en verano. Y es que realizar helado de queso philadelphia es muy sencillo y, si lo acompañamos después de mermelada de tomate, estará sencillamente delicioso.
Lo único que necesitamos para hacer helado de queso philadelphia es, por supuesto, queso philadelphia (con unos 400 gr. será suficiente); nata para montar muy fría (200 ml.); leche, también fría (200 ml.); y azúcar (al gusto, pero aproximadamente 300 gr.). Después de batirlo todo (la mezcla tiene que quedar cremosa), solo tendremos que esperar a que el congelador lo deje bien fresquito, para lo que podremos esperar de 3 a 6 horas aproximadamente, aunque la principal recomendación es que esté enfriando toda la noche.
El paso maestro, por supuesto, lo aporta la mermelada de tomate. Para degustar nuestro postre, solo tendremos que sacar el helado un ratito antes para hacerlo más manejable, servirlo en un bol, y echarle por encima la mermelada de tomate. Las recetas con mermelada siempre encantan, pero esta, por sencilla y sabrosa, se lleva la palma.
Helado de yogur con mermelada de naranja
El helado de yogur es uno de los grandes triunfadores del verano. Pese a que no es un producto exactamente nuevo, se ha ido haciendo muy popular los últimos años, ya que es una opción saludable, versátil y también muy fácil de elaborar.
Lo único que nos hará falta es yogur griego azucarado (575 gr.), miel suave (30 gr.) y una pequeña cucharadita de extracto de vainilla. Como en la receta anterior, solo tenemos que removerlo todo junto con unas varillas hasta que dé como resultado una crema ligera y homogénea. Y, de nuevo, lo dejaremos en el congelador.
Es cierto que, así, ya podríamos degustar nuestro helado de yogur, pero si le añadimos mermelada de naranja estará para chuparse los dedos. Y es que, las notas cítricas de la mermelada de naranja, junto al dulzor del helado del yogur, es una de esas apuestas con la que siempre salimos ganando.
¿Cómo servirlo? En una copa, introduciremos unas cucharadas de nuestra mermelada casera. Después, añadiremos un poco de yogur de helado. Por último, volveremos a dar unos toques con nuestra mermelada artesanal, de forma que hará, además, un efecto visual muy atractivo y apetecible.
Helado de miel con mermelada de pimiento rojo
La última receta que te traemos es de helado de miel con mermelada de pimiento rojo. Podría parecer que es una mezcla más atrevida que las anteriores, pero desde luego su sabor incomparable engancha. Además, como ya habrás podido notar, hacer helados es bastante sencillo, y con el toque de la mermelada, los postres de verano se convertirán sin duda en tus favoritos.
Para hacer helado de miel, únicamente tenemos que recurrir a cuatro productos: leche entera (250 ml.), nata líquida para cocinar (250 ml.), miel (100 ml.), y una cucharadita de vainilla para darle aroma. Lo que tendremos que hacer es calentar la leche, la nata y la miel en un cazo a fuego medio, y añadir la vainilla. Lo llevaremos a ebullición para, a continuación, retirarlo del fuego y dejarlo enfriar unas dos horas en nevera, o aproximadamente media en el congelador.
Después iremos removiendo cada cierto tiempo la mezcla, hasta que tenga la consistencia adecuada, y dejaremos que termine de congelarse. Y… voilà! Así de fácil es hacer helado de miel. Como en los anteriores casos, habrá que sacarlo unos quince minutos antes de servirlo para poder manipularlo. La sugerencia de presentación es dejar dos bolas de helado de miel en un bol, y añadir por encima la mermelada de pimiento.
Con estas tres recetas con mermelada y helado tus postres de verano nunca volverán a ser iguales: ahora, serán todavía más ricos y sabrosos. ¡Que los disfrutes!